Servicios implementados:
Duración: Desde 2020 hasta 2025.
creBIO es un laboratorio que desarrolla bioinsumos para la agroecología. Sin proponérselo inicialmente, comenzó a recibir personas interesadas en experiencias educativas, abriendo así un nuevo camino: el turismo científico. Surgió entonces una necesidad: ¿dónde alojar a quienes venían a aprender? Así nació Ñangapiré, un alojamiento ubicado en el mismo campo que el laboratorio.
Con esta familia trabajamos durante años en diferentes etapas: asesorías libres, postulación a fondos no reembolsables, consultorías en estructuras de equipo y gestión humana, planes de comunicación y el desarrollo del sitio web.
Ñangapiré y creBIO, una historia familiar

Enfoque
Las empresas evolucionan, y su manera de proyectar el futuro cambia según el presente y el recorrido. Lo mismo sucede con nuestro rol como consultores: acompañamos en distintas etapas, vemos cómo enfrentan desafíos y cómo capitalizan los resultados.
Al principio, en las asesorías libres, luego de interpretar los movimientos turísticos que sucedían en Ñangapiré y comprender quienes eran los perfiles que entraban dentro del famoso “cliente ideal”, sugerimos acciones. Ahí se aumentaron los cursos agroecológicos para personas aficionadas o que querían tener un pantallazo general de “algo nuevo”. En relación a esto, se aumentaron las experiencias turísticas, como eventos temáticos relacionados a frutas y verduras de estación orgánicos. Y los resultados fueron positivos, desde el interés a la participación de las personas.
Más adelante, en el marco del plan de comunicación y al interactuar con más personas de la familia de Ñangapiré, comenzamos a comprender más de fondo el desgaste que implicaba partir la empresa en dos, a Ñangapiré y a creBIO. También profundizamos más en las motivaciones de cada emprendimiento y entendimos que si los separabamos, ambos emprendimientos perdían capacidad de potenciarse entre sí. Entonces planteamos que era positivo que cada emprendimiento tuviera su comunicación distinta, pero que por eso no tenían que existir divisiones notorias en toda la estructura empresarial, cuando al final del día, terminaban compartiendo recursos, equipo e inversión.
Volviendo a la raíz
En el desarrollo del Plan de Comunicación conectamos con los orígenes de Ñangapiré, que fue una posada hecha para recibir a personas que querían conocer en profundidad todas las innovaciones científicas en torno a la agroecología, que suceden en creBIO y que potencian el entorno natural y filosofía de Ñangapiré. Entonces, entendiendo esto, propusimos que vuelvan los cursos avanzados de agroecología, para personas con amplios conocimientos, pero necesitaban más y aumentamos la cantidad de días de los cursos, que en vez de un día, sean de cuatro o cinco. Que a su vez las personas tuvieran la posibilidad de pernoctar en Ñangapiré y de disfrutar la gastronomía de productos orgánicos. Que compartieran varias comidas con “la profe” Alda. Implementar estos cambios, hizo que los ingresos en el área cursos, se cuadruplicaran aproximadamente.
Y luego de un tiempo, dentro de los planes de trabajo personalizados que fuimos armando para Ñangapiré, colaboramos con ellos en la estructura empresarial. En darles una metodología de trabajo y crear espacios, para que la familia los domingos almuerce en paz, sin tomar decisiones empresariales. Y que esas decisiones, sean en un contexto seguro, profesional, donde primen los datos, las proyecciones, la intuición, todo estructurado en una metodología para fortalecer la comunicación interna.


Resultados
Más allá del crecimiento en facturación, lo que más nos enorgullece es haber acompañado un cambio profundo en la forma de pensar, decidir y actuar de la familia. Una evolución que no solo fortaleció a la empresa, sino también a cada persona que forma parte de ella.


Entrega
Aquí brotan lo autóctono y la esencia agroecológica.